Desde mi perspectiva de ver y entender la psicología y el comportamiento humano, me baso en una orientación hacia el enfoque cognitivo-conductual.

Un tratamiento psicológico es una intervención profesional, basada en técnicas psicológicas, en un contexto clínico (Centro de Salud Mental, Hospital, consulta privada, Asociaciones de personas afectadas, etc.).
En ella un especialista, habitualmente un psicólogo clínico, busca eliminar el sufrimiento de otra persona o enseñarle las habilidades adecuadas para hacer frente a los diversos problemas de la vida cotidiana.

Habrá personas que vayan a necesitar más tiempo que otras a la hora de decidir si acudir o no al psicólogo. No significa necesariamente que entonces ya no vayan a optar por esta opción en el futuro, sino que cada persona tiene un proceso propio y maneja unos tiempos diferentes a la hora de analizar y tomar decisiones.

  • Se tienen problemas para conciliar el sueño y descansar, generalmente porque no se puede desconectar de los problemas que uno tiene.

  • Se siente agresivo, irritable, con cambios de humor que no se pueden controlar y que pueden llevar a generar situaciones límite.

  • Surgen problemas físicos como consecuencia de la somatización de los problemas: dolores en diferentes partes del cuerpo, presión en el pecho, aumento de la frecuencia cardiaca, hiperventilación o respiración muy superficial y acelerada, sudoración, etc.

  • Se ha perdido el control sobre los acontecimientos diarios.

  • No se controlan las emociones, se llora con facilidad y afloran, sin poder evitarlo, la rabia, la tristeza, la angustia, la impotencia, etc.

  • Se siente incapacidad para resolver situaciones graves que puedan producirse en el ámbito familiar, laboral o social.

  • Se siente que no se es capaz de analizar las cosas con objetividad y actuar con inteligencia.