Las redes sociales son un amplio medio de comunicación que permite a los amigos y conocidos estar muy cerca, hacer comentarios inmediatos y establecer relaciones buenas o malas, por así decirlo. Los jóvenes se han acercado notablemente a las redes sociales, pues la tecnología para ello es cada vez más rápida, ¿pero hasta donde es simplemente adaptación y hasta dónde se ha convertido en una obsesión?
Bienvenidos al cambio, la relación entre los jóvenes y las redes sociales son inevitables
Cada generación ha tenido elementos propios, que la ha hecho distinguirse de quienes le antecedieron: vestuario, música, lenguaje, gustos, y por supuesto, la forma de comunicarse.
Cartas, telegramas, teléfono fijo, celular y ahora la relación puntual entre los jóvenes y las redes sociales pueden ser abrumadores para algunas personas, pero es un cambio al que debemos adaptarnos, pues por más que lo deseemos no se irán.
¿Qué consecuencias positivas tienen las redes sociales?
Definitivamente las redes sociales pueden acercar a las personas: logras opinar acerca de los que las otras personas publican y si te gusta, compartirlas para que otras personas lo vean tanto en círculos familiares como de amigos.
Los jóvenes pueden ampliar sus círculos sociales de forma rápida con esta tecnología y eliminar o bloquear aquellos comentarios que no les son agradables, pudiendo establecer una selección para ello.
Además, consiguen investigar sobre diferentes temas, acercarse más a las personas que considera admirables, como sus cantantes o estrellas de cine, además pueden realizar emprendimientos, y escribir sus opiniones si así lo desean.
¿Qué consecuencias negativas tienen las redes sociales?
El abuso de redes sociales tiene una relación directa con la disminución de las horas de sueño, la disminución del rendimiento académico, la repitencia, el abandono escolar, el síndrome de déficit atencional e hiperactividad, y por supuesto la depresión.
Chicago Booth School of Busines hizo un estudio en el que se determinó que las redes sociales como Facebook y Twitter tienen una capacidad de adicción mayor incluso que la del tabaco o el alcohol, porque acceder a este tipo de elementos es sumamente fácil, y gratuito.
El uso extremo de los videojuegos ya está catalogado como una adicción negativa. Igual que el trabajo compulsivo y en este momento, para muchos, la utilización no controlada de las redes sociales que cuentan con más de 3.500 millones de usuarios activos en el mundo.
Para tu tranquilidad, a pesar de las grandes cifras, no son demasiados los adolescentes obsesionados con las redes sociales. La mayoría de quienes padecen dicha afección están entre los 16 y 24 años, básicamente por sus tendencias a la impulsividad, la necesidad de reafirmar la identidad de grupo y de tener una influencia social amplia.
¿Cuáles son los síntomas de tener una dependencia a las redes sociales?
Puede que los jóvenes utilicen sus redes sociales continuamente, pero puede ser por adaptación y no por obsesión. Esta última tiene algunos elementos definitivamente notables:
- Consultar las redes sociales en cuanto se levanta y antes de acostarse
- Nerviosismo e ira cuando no se tiene acceso a internet o a la red social en la que frecuentemente se comunica.
- Utilizar las redes sociales en la calle y mientras camina
- Entrar en depresión si no recibe likes, o visualizaciones
- Sentir una urgente necesidad de compartir cualquier cosa de su vida diaria, como fotos de su mascota, hijos, alimentos, películas, etc.
- Preferir que la comunicación con amigos y familiares sea a través de las redes sociales y no cara a cara
- Revisar continuamente las redes sociales, de forma obsesiva.
¿Cómo prevenir la obsesión de los jóvenes a las redes sociales?
Para evitar la obsesión de los jóvenes con las redes sociales puedes establecer un tiempo mínimo de 20 minutos entre conexiones.
Prescindir del móvil en momentos familiares, en los que se comparte el alimento.
Marcar un tiempo en el día para lograr hacer actividades que no tengan que ver con la tecnología, como leer, oír música, realizar un deporte, etc.
Eliminar tanto las aplicaciones como los grupos de WhatsApp que sean imprescindibles
No utilizar el móvil como reloj ni despertador, para evitar la tentación de estar revisándolo constantemente.
Si sientes que no eres capaz de manejar esta situación con las redes sociales o conoces un joven que presente estas características obsesivas, puedes contar con la ayuda de un profesional en psicología, que les guiará efectivamente acerca de como manejar esta relación de tal forma que la obsesión se convierta sencillamente en una adaptación a la nueva tecnología.
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