Este momento inicial es muy importante para establecer una buena relación entre paciente y terapeuta, que luego se irá fortaleciendo conforme se vaya avanzando en la terapia. La evaluación es un proceso fundamental para el profesional, ya que es donde se recopila información suficiente para hacer el correspondiente análisis (funcional) sobre la situación de la persona, qué conductas están generando malestar y por qué, cómo interfieren en la vida de la persona y de qué manera se puede trabajar para la modificación de esa situación. El terapeuta devolverá a su paciente el análisis de todos estos datos, construyendo una hipótesis explicativa, de forma que la persona comprenda el porqué de su malestar y las alternativas de solución que se le proponen. De esta forma se comienza a intervenir con esta información educativa porque a partir de ese momento se convierte en agente clave para su propio cambio. Así proporcionamos a la persona el control sobre el proceso terapéutico potenciando su autonomía y aprendizaje, que será de gran utilidad para la intervención en sí misma.
Es la que podemos identificar como la terapia en sí misma. Una vez hecho un buen análisis y evaluado minuciosamente la problemática del paciente, procedemos a establecer de forma conjunta unos objetivos de intervención a seguir para proporcionar la mejora y bienestar de la persona. A partir de aquí, se irán trabajando dichos objetivos mediante diferentes pautas y técnicas adaptadas a la persona y diseñadas para la consecución de los mismos, dotando a la persona de habilidades y estrategias suficientes para abordar su problemática y otras futuras.
Esta etapa está orientada al mantenimiento de los cambios logrados en la terapia y prevención de recaídas y suele ir acompañado de un mayor espacio entre sesiones. Se trabaja en potenciar las estrategias y competencia de la persona para afrontar su situación actual y otras posibles situaciones difíciles o similares futuras.
Finalmente, el terapeuta daría el alta a su paciente tras el éxito de esta última fase.
De ésta manera, garantizamos una comprensión adecuada del problema que trajo a la persona consolidando los objetivos alcanzados.
Además, es importante que la persona sea un agente activo en el tratamiento, ya que consiste en un trabajo educativo conjunto y coordinado entre este y su psicólogo.
Desde NUNCHIPSICOLOGOS , trabajamos tanto la terapia presencial como la terapia On line
Presencial y On line
Terapia Presencial
Personalmente como psicóloga, la forma de trabajo más común y que más me gusta es la presencial, ya que el trato directo con el paciente, es uno de los valores más importantes en la terapia, el trato cercano y de confianza con nuestros clientes. Es ahí donde la alianza y vínculo entre terapeuta y paciente se construye y se hace fuerte, siendo una de las claves para el éxito de la propia terapia. No obstante cuando una persona solicita una cita, se le abre un campo de posibilidades para poder hacerlo por la vía presencial o por la via On line. Las sesiones son de 1 hora de duración, a excepción de las de terapia de pareja, que su duración es de 1 hora y media.